Concurso internacional - EUROPAN.
Equipo: Gonzalo Cruz, José Marteleira, Olenka Palomino, Alberto Granizo.
Área: 36.34 km2.
Memoria:
Barreiro ha estado perdiendo población desde 1985. La posibilidad de regenerar un inmenso espacio que ya no tiene una función es una de las premisas de la intervención. El declive de la industria pesada y los cruces alternativos sobre el río Tajo dejaron a Barreiro con grandes espacios no utilizados. Al igual que en algunas ciudades del mundo, la opción de volver a naturalizar los espacios puede generar mejoras sociales y un beneficio general para las poblaciones locales. El uso intensivo de la tierra con fines económicos se reemplaza por espacios blandos y recreativos para actividades turísticas y culturales.
Barreiro carece de grandes espacios que definan los límites urbanos y sean capaces de crear jerarquías. La falta de función deja estructuras abandonadas que ya no cumplen su función. Un parque siempre tiene sentido, no solo porque es el estado primitivo natural del planeta, sino porque ayuda a equilibrar los espacios estériles urbanos de las intervenciones urbanas de los años 60 y 70. A medida que la población disminuye en número, la ciudad recupera sus límites naturales que fueron olvidados.
La ciudad se adapta no solo a la situación económica sino también a la demografía y las migraciones. La ciudad futura debe incorporarse y fusionarse con el río mezclando el flujo de personas que salen todos los días para trabajar con las que se quedan para disfrutar de los espacios naturales. Es posible aspirar a una ciudad más habitable con menos contaminación y más espacios verdes. Las estructuras no utilizadas pueden ser reemplazadas por parques y plazas.
Barreiro necesita un paseo marítimo abierto a todos que defina el límite de la ciudad "construida" donde la gente pueda reunirse, usar su bicicleta y salir al fin de semana para ir de compras. La activación de este espacio depende de cuán fácil y fluidamente se mezcle el río con lo urbano.
2015
Barreiro, Portugal.
